Respiration is defined as the flow of oxygen from the outside into the cells and tissues and transport of carbon dioxide to the outside environment. The respiratory system works collaboratively with the cardiovascular system for proper gas exchange between the cells and blood. The inability for the respiratory system of a child to supply oxygen or remove carbon dioxide can cause low blood oxygen or hypoxemia or high blood carbon dioxide or hypercapnia; resulting in respiratory problems and failure.
Recognizing the signs and symptoms of various respiratory problems and shock especially in an ill or injured child is critical in preventing cardiopulmonary failure and cardiac arrest. Cardiac arrest in infants and children is usually a result of continuous respiratory failure, shock or both and the survival rate for these kids is really low. Understanding and knowing the proper interventions and assessment techniques is crucial to prevent further damage. The pediatric advanced life support (PALS) provides a systemic approach in assessing and treating an ill or injured child due to respiratory distress, respiratory failure and shock to prevent further deterioration and death.
The American Heart Association in conjunction with the American Academy of Pediatrics recommends an evaluation model and an assessment technique which is used to provide health care professionals with the tools and techniques needed to adequately treat pediatric patients in respiratory distress, failure or shock. The evaluation model to treat a seriously ill or injured child is the “assess-categorize-decide-act” model. The first part of the model is the assessment part and there are four assessments to the systemic approach:
La evaluación general es la primera parte del proceso de evaluación, que requiere una rápida evaluación visual y auditiva del niño en situación de riesgo y se centra en el aspecto, la respiración y la circulación. Una deficiencia en cualquiera de las siguientes categorías indica un problema o enfermedad subyacente que requiere atención y tratamiento inmediatos.
Evaluación primaria
Una vez finalizada la evaluación general, que requiere una rápida observación visual y auditiva, se activa la evaluación primaria. La evaluación primaria es una evaluación exhaustiva, práctica, cardiopulmonar y neurológica del niño, que utiliza el enfoque ABCDE. Se analizan las constantes vitales y la saturación de oxígeno durante la evaluación primaria.
RECUERDA SIEMPRE ESTAR ATENTO A LOS PROBLEMAS POTENCIALMENTE MORTALES A LO LARGO DE LA EVALUACIÓN PARA ASEGURARTE DE QUE SE TRATAN A MEDIDA QUE SURGEN
A = Vía aérea
Asegúrate de que la vía aérea es permeable, lo que significa que está abierta y sin obstrucciones, y que puede mantenerse por métodos normales o mediante intervenciones avanzadas. Busca el movimiento del tórax y escucha y palpa el movimiento del aire y los sonidos. Puede observarse obstrucción de las vías respiratorias superiores si el paciente tiene un esfuerzo inspiratorio restringido, hay ruidos respiratorios anormales o no los hay.
B = Respiración
La respiración se produce cuando el aire entra y sale de los pulmones y se mide de la siguiente manera:
La frecuencia respiratoria se indica como el número de respiraciones durante un periodo de tiempo, tanto en adultos como en niños. La frecuencia respiratoria puede variar por distintos motivos, como fiebre, ansiedad, ejercicio, dolor, excitación u otras afecciones médicas. El siguiente cuadro muestra la frecuencia respiratoria normal y anormal en los niños, el esfuerzo respiratorio, el volumen corriente, los ruidos de las vías respiratorias y los pulmones, y la pulsioximetría.
Frecuencia respiratoria normal | Frecuencia respiratoria anormal |
Depende de la edad = 12-60 lpm Lactante (< 1 año) 30-60 lpm Niño pequeño (1 a 3 años) 24-40 lpm Preescolar (4 a 5 años) 22-34 lpm Edad escolar (de 6 a 12 años) años) 18-30 lpm Adolescente (13 a 18 años) 12-16 lpm |
Taquipnea – >60 lpm a cualquier edad (siempre anormal) Bradipnea – <20 bpm de 3 a 12 años Apnea – ausencia de respiración |
Esfuerzo respiratorio normal | Esfuerzo respiratorio anormal |
Esfuerzo normal con entrada y salida de aire | Aleteo nasal, retracciones torácicas, balanceo de la cabeza o respiraciones en vaivén |
Volumen corriente normal | Volumen tidal anormal |
5 a 7 mililitros/kilogramo de peso corporal | Disminución o asimetría de la expansión torácica y de los movimientos distales del aire |
Vías respiratorias y ruidos pulmonares normales | Vías respiratorias y ruidos pulmonares anormales |
Sonido inspiratorio suave y silencioso Sonido espiratorio corto, más bajo o ausente |
Estridor, gruñidos, sibilancias, gorgoteos o crujidos |
Oximetría de pulso normal | Oximetría de pulso anormal |
Saturación de oxígeno ≥94%. | Saturación de oxígeno ≤94%. |
C = Circulación
La siguiente parte de la evaluación es la circulación. La circulación incluye la función cardiovascular y la función de los órganos finales. La función cardiovascular adecuada se observa a través de lo siguiente:
La función adecuada de los órganos finales se ve a través de lo siguiente:
La siguiente tabla muestra lo normal y lo anormal de la circulación en un niño:
Color y temperatura normales de la piel | Color y temperatura anormales de la piel |
Consistente en tronco y extremidades Lechos ungueales, palmas y plantas de los pies debería ser rosa |
Las manos, los pies, el tronco y las extremidades se vuelven pálidos, fríos y moteados. Las manos, los pies y la periferia se verán afectados primero |
Frecuencia cardiaca normal | Frecuencia cardiaca anormal |
Depende de la edad del niño: |
Taquicardia: más rápida de lo normal para la edad del niño Bradicardia: más lenta de lo normal para la edad del niño |
Ritmo cardíaco normal | Ritmo cardiaco anormal |
Regular con pequeñas fluctuaciones de la tasa | Pérdida de pulsos periféricos y pulsos centrales débiles |
Tensión arterial normal | Presión arterial media anormal (mm Hg) |
Depende de la edad de niño |
Recién nacido < 45 mm Hg Lactante/niño pequeño > 50 mm Hg Preescolar < 58 mm Hg Niño en edad escolar < 66 mm Hg Adolescente < 71 mm Hg |
Pulsaciones normales | Pulsaciones anormales |
Palpación fácil de los pulsos centrales y periféricos | Pérdida de pulsos periféricos y luego debilitamiento de los pulsos centrales |
Tiempo normal de llenado capilar | Tiempo de llenado capilar anormal |
< 2 segundos | >2 segundos por deshidratación, hipotermia y shock |
Función cerebral normal | Función cerebral anormal |
Puntuación de 15 en la Escala de Coma de Glasgow (ECG) | La hipoxia cerebral provoca pérdida de tono muscular, convulsiones, dilatación papilar e inconsciencia. Una puntuación de <15 GCS; sin respuesta o falta de espontaneidad en la respuesta. |
Piel normal | Piel anormal |
Rosado y consistente sobre tronco y extremidades | Petequia, pupura, cianosis, palidez y moteado |
Perfusión renal normal | Perfusión renal anormal |
La diuresis adecuada depende de la edad Lactantes y niños pequeños: 1,5-2 mL/kg/hora Niños mayores y adolescentes: 1 mL/kg/hora | Baja diuresis por debajo del rango para la edad del niño |
Escala de coma de Glasgow normal | Escala de coma de Glasgow anormal |
Apertura de ojos: espontánea, Mejor respuesta motora: obedece órdenes Mejor respuesta verbal: se orienta | Ninguna respuesta o falta de espontaneidad en la respuesta |
Hipoglucemia normal | Hipoglucemia anormal |
>40 mg/dL en recién nacidos | <40 mg/dL en recién nacidos |
Evaluación secundaria
Una vez realizada la evaluación primaria, debe llevarse a cabo la evaluación secundaria, obteniendo una historia clínica más profunda y realizando una exploración física exhaustiva. Durante la evaluación secundaria se utiliza la mnemotecnia MUESTRA para ayudar en el proceso de evaluación.
Evaluación terciaria
La evaluación terciaria se utiliza para encontrar la causa y los problemas asociados a los sistemas respiratorio y circulatorio. Este proceso de evaluación utiliza estudios de laboratorio y no de laboratorio para ayudar a detectar estos problemas. Los estudios de laboratorio o sanguíneos muestran, gasometría arterial (GSA), gasometría venosa (GVS) y concentración de hemoglobina. Los estudios no laboratoriales incluyen: pulsioximetría, monitorización del CO2 espirado, capnografía, radiografía de tórax y tasa de flujo espiratorio máximo.